Pico Pacino 1965m (Ruta circular)
vicino a Sallent de Gállego, Aragón (España)
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Foto del percorso



Descrizione dell'itinerario
Regresé una vez más a Sallent de Gállego con la intención de comenzar el ascenso. El punto de partida es un pequeño aparcamiento, conocido como la “Chimenea”.
Para llegar allí, después de pasar la central hidroeléctrica situada junto a la carretera, giro a la derecha y tomo un sendero que, aunque estrecho, sube de manera cómoda hasta enlazar con otra carretera. La cruzo y continúo recto, apenas unos metros más, para alcanzar el aparcamiento mencionado.
Aún sin haber ganado apenas altura, ya disfruto de un paisaje impresionante: el Midi d’Ossau, Formigal, la Peña Foratata y toda la cadena de picos cercanos a los Infiernos y el Garmo Negro. También se distingue el embalse y el pueblo de Lanuza, y, al fondo, montes como el Sabocos. Justo enfrente se alza el Pazino, que me acompañará gran parte del recorrido.
Inicio la marcha por una pista ancha y pedregosa, aunque enseguida llego a un cruce. Si eligiera la derecha, entraría en el “Camino de la Selba”, que atraviesa un hayedo espeso y precioso. Por la izquierda se asciende por la ruta habitual, más corta y con mayor presencia de tramos despejados.
Como quería ir sobre seguro, opto por la vía normal. Este camino está señalizado en todo momento con las marcas amarillas y blancas del PR-HU91, que seguiré hasta la cima. La subida es suave, alternando zonas abiertas con pasajes bajo arboledas y hayedos.
Tras unos minutos alcanzo la gran torre de descompresión que conecta el embalse de Escarra con la central hidroeléctrica de Sallent. La cima del Pazino continúa al frente, imponente, y los últimos metros prometen ser intensos.
La subida en sí no presenta grandes dificultades: el sendero zigzaguea constantemente y permite progresar con comodidad, mientras que el horizonte se amplía poco a poco.
Más adelante alcanzo el collado de Pazino, punto clave del recorrido. De frente está el camino hacia la cumbre; hacia la derecha, el PR se bifurca hacia el embalse de Escarra o desciende a Sallent por el “Camino de los Condenados”. Esa será mi ruta de regreso, pero antes toca coronar el Pazino.
Al principio la pendiente es suave, pero enseguida el sendero se empina con fuerza. El terreno alterna piedra, tierra y hierba, lo que lo hace más exigente. Tras unos minutos de esfuerzo, llego a una antecima marcada con un mojón, y poco después alcanzo el verdadero punto más alto.
Finalmente, corono el Pazino o Pacino (1965 m). Como suele ocurrir en los Pirineos, la panorámica es sencillamente espectacular. Este monte demuestra que no hace falta subir a un tresmil para gozar de vistas grandiosas: desde aquí se domina todo el valle de Tena y se distinguen cumbres como el Midi, la Foratata, Arriel, parte del Balaitus, Musales, Tebarray, Infiernos, Garmo Negro, Sabocos, Telera, Collarada, Pala de Ip, Anayet, entre otras muchas.
Después de disfrutar del paisaje y hacer las fotos de rigor, regreso hacia el collado, tomando incluso un pequeño atajo por una pradera. Desde allí enlazo de nuevo con el PR en dirección al embalse de Escarra. No obstante, en un cruce decido seguir recto, dejando atrás el embalse.
Es entonces cuando inicio la bajada por el llamado “Camino de los Condenados”. Este tramo discurre en su mayoría rodeado de vegetación abundante, sobre todo boj, lo que a veces entorpece el paso. La pendiente es muy ligera y apenas se nota, aunque la frondosidad del entorno ralentiza el avance. A cambio, las vistas siguen siendo magníficas, con el Telera, el Sabocos y el Garmo Negro en primer plano.
El camino está señalizado con algunas marcas PR, aunque realmente no son necesarias: la senda es clara y evidente… hasta cierto punto. Tras una zona despejada con estupendas vistas al Midi, Foratata y Sallent, llego a un nuevo cruce. Aquí se puede elegir entre continuar a la izquierda, que lleva de nuevo al aparcamiento de la Chimenea (seguido por marcas azules y blancas), o girar a la derecha para descender directamente a Sallent por el PR.
La mayoría de recorridos circulares regresan al aparcamiento, pero yo opto por variar y seguir hacia Sallent. El sendero en este tramo mantiene un aire más salvaje. Al principio aparecen varios caminos poco claros y estrechos, a veces incluso desaparecen bajo la hierba, lo que obliga a estar pendiente de las marcas del PR, no siempre tan abundantes como desearía. En esos momentos me guío por el track en el móvil, lo cual recomiendo especialmente en la primera parte de esta bajada.
Superada esa sección más confusa, el camino vuelve a ser evidente, aunque sigue flanqueado por vegetación cerrada. Aun así, el avance es cómodo.
Finalmente, el sendero desemboca en una carretera. Giro a la derecha y, poco después, a la izquierda, iniciando ya la bajada definitiva hacia Sallent de Gállego. Allí concluye esta magnífica ruta circular, muy recomendable por sus paisajes y variedad de recorridos.
Para llegar allí, después de pasar la central hidroeléctrica situada junto a la carretera, giro a la derecha y tomo un sendero que, aunque estrecho, sube de manera cómoda hasta enlazar con otra carretera. La cruzo y continúo recto, apenas unos metros más, para alcanzar el aparcamiento mencionado.
Aún sin haber ganado apenas altura, ya disfruto de un paisaje impresionante: el Midi d’Ossau, Formigal, la Peña Foratata y toda la cadena de picos cercanos a los Infiernos y el Garmo Negro. También se distingue el embalse y el pueblo de Lanuza, y, al fondo, montes como el Sabocos. Justo enfrente se alza el Pazino, que me acompañará gran parte del recorrido.
Inicio la marcha por una pista ancha y pedregosa, aunque enseguida llego a un cruce. Si eligiera la derecha, entraría en el “Camino de la Selba”, que atraviesa un hayedo espeso y precioso. Por la izquierda se asciende por la ruta habitual, más corta y con mayor presencia de tramos despejados.
Como quería ir sobre seguro, opto por la vía normal. Este camino está señalizado en todo momento con las marcas amarillas y blancas del PR-HU91, que seguiré hasta la cima. La subida es suave, alternando zonas abiertas con pasajes bajo arboledas y hayedos.
Tras unos minutos alcanzo la gran torre de descompresión que conecta el embalse de Escarra con la central hidroeléctrica de Sallent. La cima del Pazino continúa al frente, imponente, y los últimos metros prometen ser intensos.
La subida en sí no presenta grandes dificultades: el sendero zigzaguea constantemente y permite progresar con comodidad, mientras que el horizonte se amplía poco a poco.
Más adelante alcanzo el collado de Pazino, punto clave del recorrido. De frente está el camino hacia la cumbre; hacia la derecha, el PR se bifurca hacia el embalse de Escarra o desciende a Sallent por el “Camino de los Condenados”. Esa será mi ruta de regreso, pero antes toca coronar el Pazino.
Al principio la pendiente es suave, pero enseguida el sendero se empina con fuerza. El terreno alterna piedra, tierra y hierba, lo que lo hace más exigente. Tras unos minutos de esfuerzo, llego a una antecima marcada con un mojón, y poco después alcanzo el verdadero punto más alto.
Finalmente, corono el Pazino o Pacino (1965 m). Como suele ocurrir en los Pirineos, la panorámica es sencillamente espectacular. Este monte demuestra que no hace falta subir a un tresmil para gozar de vistas grandiosas: desde aquí se domina todo el valle de Tena y se distinguen cumbres como el Midi, la Foratata, Arriel, parte del Balaitus, Musales, Tebarray, Infiernos, Garmo Negro, Sabocos, Telera, Collarada, Pala de Ip, Anayet, entre otras muchas.
Después de disfrutar del paisaje y hacer las fotos de rigor, regreso hacia el collado, tomando incluso un pequeño atajo por una pradera. Desde allí enlazo de nuevo con el PR en dirección al embalse de Escarra. No obstante, en un cruce decido seguir recto, dejando atrás el embalse.
Es entonces cuando inicio la bajada por el llamado “Camino de los Condenados”. Este tramo discurre en su mayoría rodeado de vegetación abundante, sobre todo boj, lo que a veces entorpece el paso. La pendiente es muy ligera y apenas se nota, aunque la frondosidad del entorno ralentiza el avance. A cambio, las vistas siguen siendo magníficas, con el Telera, el Sabocos y el Garmo Negro en primer plano.
El camino está señalizado con algunas marcas PR, aunque realmente no son necesarias: la senda es clara y evidente… hasta cierto punto. Tras una zona despejada con estupendas vistas al Midi, Foratata y Sallent, llego a un nuevo cruce. Aquí se puede elegir entre continuar a la izquierda, que lleva de nuevo al aparcamiento de la Chimenea (seguido por marcas azules y blancas), o girar a la derecha para descender directamente a Sallent por el PR.
La mayoría de recorridos circulares regresan al aparcamiento, pero yo opto por variar y seguir hacia Sallent. El sendero en este tramo mantiene un aire más salvaje. Al principio aparecen varios caminos poco claros y estrechos, a veces incluso desaparecen bajo la hierba, lo que obliga a estar pendiente de las marcas del PR, no siempre tan abundantes como desearía. En esos momentos me guío por el track en el móvil, lo cual recomiendo especialmente en la primera parte de esta bajada.
Superada esa sección más confusa, el camino vuelve a ser evidente, aunque sigue flanqueado por vegetación cerrada. Aun así, el avance es cómodo.
Finalmente, el sendero desemboca en una carretera. Giro a la derecha y, poco después, a la izquierda, iniciando ya la bajada definitiva hacia Sallent de Gállego. Allí concluye esta magnífica ruta circular, muy recomendable por sus paisajes y variedad de recorridos.
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