De Figuig a Boudnib

Comenzamos la ruta en Figuig. Después de una noche en el hotel camping Figuig, magnífico. El dueño nos pregunta por donde vamos a ir y nos indica que sin 4x4 es imposible, luego lo descubriremos.
Junto a unas antenas de televisión, telefonía o lo que sea... comienza la ruta, no pasan desapercibidas y en ese punto es donde dejamos la carretera N17, y ahora circulamos por la R602 (ojo es una pista de tierra a veces muy rota). Se circula con tranquilidad la verdad es que el paisaje es el de el típico desierto árido, tosco y grandioso de Marruecos. Muchas ramblas que cruzar, muchos caminos desviados debido a las torrenteras, que deben de ser impresionantes...
La verdad es que no hay casi nadie, aunque de vez en cuando vemos a pastores nómadas que en cuanto nos oyen llegar comienzan a salir puntitos a vernos. Es una gran alegría poder entregar algo a los niños que nos encontramos.
Mas adelante la pista, que siempre va paralela a la trinchera que delimita la zona de paso con la supuesta frontera con Argelia se acerca en exceso, tanto que pensamos que no vamos a poder seguir. No hay problema el puesto que nos encontramos está vacio aunque el ambiente es un poco raro, no estamos acostumbrados vernos en estos lugares tan extraños.
Nos damos cuenta que el motivo principal de esta pista es el militar y en cuanto podemos nos separamos un poco para estar mas tranquilos.
El camino hasta la carretera que va a Errachidia se hace largo y pesado, el camino roto, parece que el coche se va a desarmar. De modo que nos armamos de paciencia y con mucha tranquilidad llegamos al asfalto. Eso si, hemos recortado un poco debido a un despiste en una rambla y nos dio pereza volver a atras.
En el momento de hacer la travesía la verdad es que estábamos un poco hartos, pero ya visto con unos días de perspectiva se ve con otros ojos.
Ya en la carretera avanzamos con rapidez y llegamos a un pueblo que se llama Bouanane, intentamos conseguir combustible pero no se puede. Después de un café, llegamos a Boudnid, donde repostamos y dormiremos en un camping en las afueras.
Es un Marruecos diferente, sin gente, sin turismo, en la máxima soledad. Me encanta.